El problema de la deuda
china
En un artículo publicado en
New Left Review (ene-feb 2019) en el que Robert Brenner entrevista al analista
Victor Shih, este último sostiene que el desarrollo chino se ha basado en la
mano de obra barata producto de la descolectivización del agro y la industrialización
rural de la época de la reforma, y a la reducción de las barreras aduaneras después
de la entrada de China a la OMC.
El trabajo barato de China más
los subsidios y créditos a bajo costo a las industrias exportadoras tanto
nacionales como extranjeras llevaron al crecimiento de la exportación de tal
forma que las reservas de dólares de china llegaron a ser de 4 Billones en el
momento más alto bajando a 3 Billones (normales) en la actualidad.
Si bien la integración de
China en las cadenas internacionales de valor existentes en Asia, inicialmente
focalizadas en Japón y luego en Taiwan y Korea que producen bienes de capital e
insumos intermedios que luego eran transformados en bienes terminados en China
continental y que luego eran exportados a USA y a los países europeos, jugo un
rol fundamental en el desarrollo, existieron tres factores adicionales
que explican porque China pudo tomar una posición central en dichas cadenas.
El primero es la escala de su fuerza de trabajo barata que
sobrepasaba a la de Japón y los NICs (Singapur, Korea, Taiwan y Hong Kong),
producto de una población de 1 billon (americano) de habitantes que permitía
poner presión a la baja sobre salarios, especialmente por las reformas que
permitieron la entrada de 150 millones de migrantes rurales al mercado laboral.
Estos trabajadores además pueden suministrar fuerza de trabajo a bajos costos
porque se subsidiaban con sus parcelas rurales a las que no renunciaban.
El segundo es la coincidencia del crecimiento chino con el
desarrollo de la tecnología Informática que hacía posible la construcción de
redes de comunicación y transporte sofisticadas.
El tercero fue la globalización y los acuerdos internacionales
de libre comercio que permitieron que China tomara ventajas de sus costos
comparativos, llegando a afectar a las industrias de USA severamente.
De esta manera se genera una
dependencia donde productores transnacionales de bienes de consumo y también
sectores de la industria pesada empezaron a depender de los insumos chinos. China gasto billones de dólares
en inversión para mantener y expandir su posición en la cadena global de valor.
El soporte del gobierno hacia
los sectores capitalistas tomo la forma de provisión de tierra barata, una infraestructura
de nivel mundial, bajos impuestos y bajas tarifas energéticas, como así también
créditos baratos para los exportadores domésticos y para las empresas que competían
con las mercancías importadas. El gobierno chino jugo un rol
indispensable en este proceso, a todos los niveles. Los estados provinciales
han estado compitiendo entre sí por atraer las inversiones dando la mayor
cantidad de incentivos para atraer las mismas en la forma de infraestructura,
tierra barata, crédito, rebajas impositivas, etc.
Esto permitió subir la escala
tecnológica, produciendo mercancías cada vez más complejas como así también
competir ampliando las gamas de mercancías producidas.
Existe una lógica propia en
el crecimiento de China en la cadena global de valor.
El trabajo barato permitió la
generación de reservas debido al saldo positivo de la balanza comercial al
exportarse bienes livianos. Los exportadores cambiaban en
sus bancos las divisas (dólares, euros, etc.) por moneda local para pagar a sus
trabajadores, los insumos y bienes de capital domésticos. Los bancos a su vez cambiaban
las divisas en el Banco Central chino por yuanes, pasando estas divisas a
formar parte de las reservas.
El resultado fue durante un
largo periodo una gran abundancia de yuanes en los bancos que podían prestar a
las corporaciones no financieras al mismo tiempo que aumentaban las reservas de
divisas.
El banco central al absorber
los dólares a un tipo de cambio fijo impedía que el yuan se revaluara lo que
hubiera implicado un aumento de precios de las exportaciones chinas
disminuyendo su competitividad.
El gobierno impuso un tipo de
cambio fijo pegado al dólar. Luego emitía yuanes de acuerdo con el volumen de
las reservas en dólares. Luego utilizaba estos yuanes para demandar dólares en
el mercado internacional provocando la suba del dólar, lo que impedía a su vez
la apreciación del yuan y permitía sostener la paridad fija dólar yuan sin
perder reservas.
Sin la intervención del banco
central chino (PBOC) el incremento de dólares en manos de los exportadores
hubiera hecho no solo que el yuan se apreciara sino además hubiera generado la
inversión de esos dólares en los lugares del mundo donde obtuvieran una mayor
ganancia. Pero el gobierno chino limito de manera muy estricta la cantidad de
divisas que los inversores pueden sacar del país, evitando que sus reservas
bajen, para lo cual impuso un estricto régimen de control de los capitales.
Por esta razón China pudo
evitar que le suceda lo mismo que a muchas naciones emergentes que sufren la
fuga de capitales y el ataque especulativo a sus monedas, cosa que debido a las
reservas es prácticamente imposible de realizar en China.
China invirtió parte de sus
reservas en deuda de USA, esto hizo que aumente la oferta de préstamos en USA
en relación a la demanda lo que hizo bajar la tasa de interés de los préstamos
al mismo tiempo que revalorizo su moneda (la de USA) lo que termino
incrementando la demanda de productos chinos, aumentando las reservas chinas,
cerrando de esta manera un poderoso círculo virtuoso que se retroalimentaba. La bondad de este proceso era
que evitaba que China necesitara pedir préstamos al exterior para financiarse,
porque le alcanzaba con expandir su oferta de yuanes. El dinero fluía a China
en la forma de superávit de la cuenta corriente, inversiones extranjeras y
capitales financieros.
Los recipientes de este
dinero lo vendían a sus bancos por yuanes. Los bancos a su vez garantizaban sus
depósitos en dólares cambiándolos en el banco central, el que los tomaba
imprimiendo dinero de alto poder (base monetaria), permitiendo a los que
ganaban en dólares de exportación ampliar sus tenencias de yuanes mientras el
tipo de cambio se mantenía la mismo nivel.
Esto permitió expandir el
crédito a las empresas no financieras en billones de yuans manteniendo a China
en el tope de la producción mundial, permitiéndole escalar en la cadena de
valor tecnológica, y producir una sustitución de importaciones sobre un gran número
de productos, permitiendo la producción de bienes que antes se importaban.
Esto es muy diferente de lo
que pasaba en otros países en vías de desarrollo (como Argentina por ej.) que
se entrampaban en la deuda externa para financiarse con las consecuentes crisis
financieras, por la incapacidad de sostener las importaciones de insumos y
bienes de capital como así también la fuga de capitales.
La crisis financiera global
le puse un límite al crecimiento chino vía exportaciones. Las exportaciones
continuaron creciendo luego de la caida de 18% en 2009, crecen 25% en
2010-2011, pero entre 2012-2014 el crecimiento pasa a un 7%. y menos 2% en
2015-2016. Esto hizo bajar el excedente de la cuenta corriente en la misma
proporción.
Sin embargo, el colapso de
las exportaciones fue compensado por políticas fiscales y monetarias activas
generando un plan de inversiones y créditos por 580.000 millones de dólares.
Sin embargo, una gran cantidad de este crédito fue canalizado hacia el mercado
inmobiliario y la especulación financiera y no hacia la inversión en bienes de
capital y salarios.
Cuando la crisis pego más
fuerte en 2008-2009 los bancos estaban bien capitalizados y permitieron
expandir el crédito en un 30% en el primer año del incremento del gasto, pero
no pudieron seguir ese camino por las restricciones que se hacían sentir en la
cuenta corriente por la baja de las exportaciones, ya que la creación de nuevos
depósitos quedo restringida por dicha baja, lo que anteriormente le permitía
rolear los créditos existentes y generar nuevos créditos para proyectos de
expansión.
En 2008 los ingresos de
moneda extranjera habían incrementado los depósitos en un 7% de los activos
bancarios. Incluso hasta 2011 dichos ingresos los habían incrementado en un
3,5% sobre la base de un periodo de12 meses. Pero a partir de 2012 para
mantener el crecimiento China empezó a expandir el crédito imprimiendo yuanes
en lugar de crear depósitos derivados de las entradas de dólares.
Esto lleva a China, según
Shih, a una contradicción entre lo que necesita para seguir creciendo y
mantenerse competitiva en la cadena global de valor que es aumentar el crédito,
y la necesidad de aumentar la tasa de interés y restringir el crédito para
evitar que el yuan se deprecie, lo que alentaría la salida de capitales.
En 2016 China necesitaba tres
veces más crédito para sostener el mismo crecimiento que en 2008. Los préstamos
del PBOC hacia las instituciones financieras domesticas se incrementaron de 4
billones de yuan al final de 2010 a 14 billones de yuan en noviembre de 2017.
La deuda total creció de 163%
del PBI en 2009 a 328% del PBI en 2019.
Esto le crea a China, siempre
según Shih, un enorme monto de pagos del servicio de la deuda, de los intereses
que se pagan por la deuda. Dado que no se observan
quiebras de empresas en gran escala, esto significa que la deuda existente se ha
roleado incluyendo los intereses y el capital en la forma de nuevos préstamos
lo que lleva al crecimiento de la deuda lo que, siempre según Shih, hace que la
economía china se haya transformado en un esquema Ponzi, lo que Minsky ha
llamado préstamo Ponzi.
En esta contradicción entre
sostener la expansión de la inversión en base a la creación de crédito por la
emisión de moneda y las tendencias a la depreciación del yuan y la fuga de
capitales que alienta esto, el gobierno chino se ve forzado a elegir entre la
estabilidad política que le brinda el crecimiento y la estabilidad financiera
que significa frenar la salida de capital frenando la expansión del crédito y
subiendo la tasa de interés ( lo que sería en criollo enfriar la economía).
En otras palabras, lo que
Shih estaría diciendo es que si se frena el crecimiento aparece el conflicto
social con los trabajadores y la nueva clase media, pero si no se lo frenara se
daría un conflicto con la nueva clase capitalista creada por la reforma.
El gobierno chino en 2012 con
Xi Jinping dio una serie de pasos encaminados a mantener la estabilidad al
mismo tiempo que el crecimiento. Primero, frenar la expansión del crédito.
Segundo, ante la necesidad de que la inversión vaya a la industria se intentó
frenar la especulación financiera e inmobiliaria. Tercero, debido a la subida
de las tasas de interés es necesario aumentar el monto de los créditos más allá
de lo que permite el saldo de la cuenta corriente y los depósitos bancarios y
las reservas asociadas a dicho saldo, lo que se hace reduciendo hasta cierto
punto las reservas bancarias. Cuarto, desarrollando nuevas iniciativas para
aumentar la exportación como the belt and road iniciative, la red de puertos, vías
ferroviarias y autopistas que unen China a Europa a través de Asia Central y el
Océano Indio, cuya expansión promovería las exportaciones de China.
El conjunto de estas política
ha contribuido a estabilizar el nivel de comercio y el saldo de la cuenta
corriente en relación a la oferta de dinero.
Sin embargo, Shih sostiene
que el futuro es incierto, ya que sostener un desarrollo mantenido por la
creciente oferta de crédito en una economía mundial de lento crecimiento es
cada vez más difícil.
El milagro chino trajo una
desigualdad creciente, con una gran concentración de riqueza en el 1% de la
población urbana que se estima tiene activos por 5 billones de dólares. Pese a
que los gobiernos han intentado mantener conforme a esta nueva clase
capitalista se ven enfrentados a opciones contradictorias. Por un lado, la expansión
de la economía en base a créditos a bajas tasas de interés pone una presión
devaluatoria sobre el yuan, lo que implica que los activos chinos se
desvalorizan en términos de dólares y pierden capacidad para invertir en el
exterior, y esto impulsa la fuga de
capitales, ya que esa elite no va a mirar pasivamente como se le devalúan sus
activos y presiona activamente para lograr el libre movimiento de los
capitales.
El gobierno no ha cedido a
estas presiones ya que sabe que el control del movimiento de los capitales es
su última línea de defensa para mantener el poder del PCC, aunque ha hecho
concesiones menores.
Hasta el momento el gobierno
ha podido manejar el problema porque el sistema bancario ha provisto
suficientes fondos no solo para alimentar el crecimiento económico sino además
para sostener las burbujas financieras en el sector inmobiliario y el mercado
de valores. Esto permitió que la elite pudiera obtener grandes beneficios
invirtiendo en China.
Paradójicamente la nueva política
del gobierno de Xi Jinping de desapalancamiento, la Nueva Normalidad, empezó a
chocar con la forma especulativa de hacer dinero al pinchar las burbujas de
activos que le permitían a esta clase rica una alternativa a la fuga de
capitales.
En opinión de Shih, si el
gobierno quisiera reiniciar una fase de crecimiento nueva como las anteriores,
lo podría hacer copiando lo que hizo Japón, esto es llevando las tasas de interés
cerca de cero, con una masiva expansión crediticia, permitiendo la libre
movilidad de capitales, depreciando el yuan y emitiendo un gran monto en bonos
del estado para reemplazar las deudas incobrables del sistema bancario.
Esto podría limpiar de un
plumazo el sistema financiero chino de la deuda corporativa y permitir el crédito
en gran escala a tasas cercanas a cero, las exportaciones crecerían basadas en
una moneda barata. Sin embargo, el gobierno no
desea esta alternativa debido a que el crecimiento bajaría como así también el
valor en dólares de la economía china haciéndole más difícil acercar su PBI al
de USA.
El crecimiento chino se
produjo controlando el estado el flujo de inversión hacia los diversos sectores
por parte de los inversores privados, no fue simplemente inducido por una asignación
de recursos en un mercado libre. El énfasis de los planificadores chinos estuvo
puesto en la construcción de infraestructura y en expandir la capacidad
industrial. El sistema financiero dedico
sus recursos a estas dos áreas, y esto contribuyo a la sobrecapacidad global en
un numero de sectores, al tiempo que China reforzó la construcción de
infraestructura para ayudar a la producción domestica de productos que ya se producían
en los países capitalistas avanzados, aunque a un costo más alto.
En un sentido se puede decir
que China se expandió sobre la base de la sistemática construcción de
sobrecapacidad, lo que genero shocks para las industrias y trabajadores de los países
avanzados, provocando la baja de inversión y los bienes de consumo final de
bajos costos de China redujeron los beneficios de las industrias en el
extranjero.
Sin embargo, la
sobrecapacidad no constituyo un problema grave para la economía domestica china. Esto es porque el sistema
puede sobrellevar la baja de demanda doméstica y exportaciones mediante la expansión
crediticia. Los bancos, si fuera necesario, rolean las deudas impagas y las pérdidas
de las empresas estatales (SOEs) y también de las empresas privadas apoyadas
por el estado. Como se dijo antes esto lleva a una presión sobre la moneda que
puede llevar a la salida de capitales, pero en la medida que los controles de
capitales funcionen esto puede funcionar de manera constante.
La sobrecapacidad generada
por la inversión en la industria llevo a la baja de la tasa de retorno a un
nivel tan bajo que desalienta las inversiones, provocando que se expandan las
burbujas inmobiliaria y financiera. Esto llevo a mayores presiones para la
salida de capitales.
A diferencia de los países capitalistas
avanzados donde los bancos no sostienen a las industrias a perdida permanente,
permitiendo que caigan, sobre todo en los sectores con sobrecapacidad debido a
los “precios chinos”, llevando a la quiebra o a la relocalización en China de
muchas industrias dejando a los trabajadores desempleados, en China esto no
sucede, lo que a la larga torna incompatible la coexistencia de los dos
sistemas público y privado.
Segun Shih, el sistema chino es un
capitalismo de estado donde, aunque el sector privado maneja activos físicos y
financieros por billones de dólares, el estado dirige hacia donde van las
inversiones. La mayoría de las deudas en poder de bancos chinos corresponden a
SOEs. Incluso el gusto de la clase media china por la inversión en propiedades
ha sido creado y fomentado por las políticas de tierras y vivienda del estado.
Como conclusión de su análisis
Shih sostiene que la contradicción existente sobre la necesidad de crear crédito
para crecer y la de tener una moneda estale ha crecido en los últimos años. En 2015 el PBOC hizo una devaluación
que llevo a una salida de capitales de 1 billón de dólares bajando las reservas
de 4 a 3 billones. Si la Reserva Federal fuera a incrementar sus tasas China se
encontraba en una más precaria situación ya que alentaría la salida de
capitales.
Debido a estas presiones
hacia la salida de capitales, el gobierno de Xi Jinping ha implementado una
serie de medidas de control más fuertes sobre los mismos: límites a la compra
de dólares por parte de las corporaciones sin facturas que las comprueben,
control de la veracidad de las facturas comerciales para prevenir sobre y subfacturación,
mayores obstáculos a la compra de dólares por parte de los individuos, y persecución
mas severa de la banca en las sombras y los sitios de cambio offshore. Esto restringió
severamente la salida de divisas en los últimos años.
Pese a esto, las presiones
hacia la salida de capitales continúan por lo que la salida de más reservas es
posible. Los resultados no tienen por qué ser catastróficos, pero una devaluación
importante debida a la fuga de capitales puede llevar a varios años de
crecimiento negativo y devaluación de los activos.
Hasta aquí el análisis de Shih que muestra el aspecto monetario de la expansión china, que es la contrapartida de lo que se podía llamar aspecto "real", esto es las tendencias inherentes al sistema productivo chino que llevaron a la baja tendencial de la ganancia en el sector privado por el incremento en la composición orgánica del capital en mayor proporción que la explotación laboral, que fue en parte contrarrestado por las burbujas inmobiliaria y financiera.
Y por otra parte la acción del estado a través de su inversión en SOEs que permitieron proveer insumos baratos pero lo que es tanto o mas importante mantener la estabilidad social a través del empleo, no permitiendo, a partir del 2005, el crecimiento del desempleo.
El análisis de esto ultimo será llevado a cabo en un próximo articulo sobre la tendencia descendente de la tasa de ganancia y el rol del estado
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